Manantial de San Miguel

Sitio ideal para pasar el día rodeado de agua y sombra abundante con paelleros, el único pero, la excesiva cercanía de algunas viviendas, en particular una de ellas, completamente pegada al manantial

Bonito lugar para pasar el día fresco y con paelleros, mesas y mucha agua. Decepciona la antigua ermita ya que solo queda una piedra con una placa conmemorativa.

El manantial de San Miguel, situado en un bello paraje al Norte de la población, es el más
caudaloso de Viver, con un caudal aproximado de 200 litros por segundo en los momentos de
máxima afloración. Es de todos modos, un manantial bastante estable. Abastece de agua
para consumo humano a la población, junto con el de la Chorrera, de bastante menor
cantidad.
También abastece al complejo sistema de riego de San Miguel, que otorga un tercio de sus
aguas a la población de Jérica (por el riego conocido de Mediavega). El resto se distribuye a
través de un sistema de balsas (entre las que destaca por su tamaño la que está cerca del
manantial, pero que no es una balsa antigua) y de acequias por todo el entorno de la
población, mezclándose las aguas con las de otros riegos como Ojos, Tejería y Pontón, en un
complicado sistema de derechos, usos y distribución.
Las balsas tradicionales más relevantes son las de Mediavega (no confundir con el otro riego
de igual nombre de Jérica), Cárcabo, Bajo Molino, Lunes de Noche, Lunes de Día y alguna
más. Las acequias principales se distribuyen según los derechos de riego, establecidos por
días de la semana y horarios concretos. Los riegos son los siguientes: Domingos Altos,
Domigos Bajos, Lunes de Día, Lunes de Noche, Martes, Miércoles, Sábado, Cárcabo, Mediavega (el de Viver, no el de Jérica), y Bajo Molino.
El manantial de San Miguel son en realidad al menos 4 puntos por los que aflora agua. El
superior, que nace entre unas piedras y es bien visible, surte de aguas a los riegos de
Domingos Bajos y Altos, y Lunes de Día. Sus sobrantes se mezclan con las demás aguas. El
principal afloramiento, del cual se toma el agua para el consumo humano, es el que está en el
mismo lecho y centro del paraje. Hay otro afloramiento pequeño, en el charco que hay junto a
dos grifos. Y otro punto más abajo, junto al partidor del Martes, cuyas aguas riegan esos
bancales o se abocan al conjunto principal.
El manantial es citado por varias personas, entre las que destacamos al célebre Cavanilles,
que dice: “También son excelentes las que nacen junto a la ermita de San Miguel, en tal
copia, que el conjunto de manantiales que hay en el espacio de 30 pasos forma un riachuelo
que fertiliza 40 hanegadas de tierra: salen de los manantiales unidas en un solo canal; luego
se dividen en cuatro, de los cuales uno sigue hacia las huertas de Xérica, y otro va al molino
de el agua Blanca, donde precipitándose las aguas de 50 pies de altura, forman una hermosa
cascada”.
El nombre de la fuente debe venir de antiguo, considerando que San Miguel es el patrón de
Viver. Posiblemente del siglo XVI, cuando se instituye en la parroquia el beneficio de San
Miguel Arcangel y posteriormente es declarado patrón del pueblo, construyéndose la ermita
dedicada a este arcangel.
El paraje es un lugar agradable en el que merece la pena pasar un buen rato. Por la distancia
recomendamos acceder a pie por alguno de los caminos que llegan. No lejos está la gran
balsa mencionada y junto a ella el chopo de San Miguel, impresionante árbol monumental.
También queda cerca el recinto de Aguas Blancas, propiedad privada que sirve para
encuentros y campamentos, pero en el que podemos contemplar su enorme salto de aguas.
Cerca del chopo de San Miguel estuvo antaño la ermita de los Mínimos, de la cual no queda
nada. Y también hubo una destiladora de plantas aromáticas, de la cual tampoco queda nada.

Acceso con camino asfaltado,bajar escaleras y paz completa y sonido de agua, comimos en las mesas allí de cemento,también hay para barbacoa,después seguimos una senda, estábamos solos,no sabemos si con esa senda nos metimos en propiedad privada pues ponía hermita y una flecha, pero al lado habían frutales

Lugar con encanto, mucha sombra, paelleros habilitados para hacer fuego, con zona de lectura con diferentes libros sobre diferentes temáticas, para leer y descansar

Un lugar mágico, precioso, y extrañamente poco conocido y frecuentado. Cuenta con paelleros para hacer barbacoa, fuente y diversas mesas. Desde allí se puede iniciar la conocida como "Ruta del Agua" que, atravesando diversos puntos de Viver, termina en El Sargal.

Es una verdadera maravilla. Los manantiales de agua la paz y la tranquilidad.
Lugar idóneo para usar las mesas y los asientos que hay en ese lugar y llevarse un buen almuerzo.
Lo único malo es que hay muy poco sitio donde aparcar

Me gusta mucho éste lugar , muy natural. Es una pena que no se disfrute cómo se merece. Casi siempre que he ido está vacío. Pero es precioso y tranquilo

Un sitio encantador, un pasaje precioso.

Mi infancia, el lugar donde recuperar mis recuerdos y sentir más cerca los que ya no están.

Bonito lugar para llevar comida hecha y comer con tranquilidad escuchando el agua

Liniște, răcoare și relaxare in natură

Un lugar con encanto, pero si sigue acudiendo gente lo perderá.

Molt Bon lloc per Anar en la familia pero en epoques bones

Un sitio mágico

Muy bonito

Paz y tranquilidad

Un lugar indescriptible

Naturaleza