Capela de San Simón

Antigua capilla feita nun lugar de pouco acceso, solo pos que traballaban, os que visitaban,

Capela de San Simón, la Illa do Pensamento. Un templo en la isla de la fuente mágica.

Aunque estuvo habitada desde la Prehistoria hasta la ocupación romana de la Península Ibérica, fueron los caballeros templarios quienes la rescataron del mapa, con la fundación de un monasterio en el siglo XII, que luego pasó a la orden de los franciscanos. Siglos después, la isla pasó a manos de Isabel la Católica.

Bajo la brisa atlántica se encuentra esta pequeña isla perteneciente al archipiélago de San Simón, junto a la de San Antón y otros islotes en la ría de Vigo. Está unida a la isla de San Antón por un puente. En los siglos XII y XIII la isla recibe también por visitantes a trovadores ilustres. Desde entonces, se escuchan los cantares y coplas antiguas sobre el lugar, gracias al vate Mendiño, un monje del cercano Monasterio de Poio. De hecho, en honor a esta isla es la famosa cantiga de Mendiño Sediame eu na ermida de San Simón, obra maestra de la literatura lírica galaicoportuguesa. (Esta poesía en particular, como en todas las demás de la misma época, trata el tema del amor. La protagonista es una muchacha enamorada que espera cerca del mar, en una ermita, a que su gran amor aparezca y poder pasar un tiempo juntos. Este gran amor es su amigo. La chica mientras se encuentra sola en el lugar toma como a confidente, en esta ocasión, al mar). Otros trovadores célebres fueron Xohán de Cangas y Martín Códax.

La isla estuvo habitada a partir del siglo XII por distintas órdenes monásticas que buscaban recogimiento en este lugar apartado. Aquí se asentó la orden de los Templarios y también los Benedictinos y Franciscanos e incluso una orden propia de la isla de San Simón, los Pascualinos, que posteriormente fueron excomulgados y se vieron obligados a abandonar la isla.

Tras décadas de abandono, con el apogeo del comercio marítimo y la aparición de enfermedades contagiosas y la necesidad de cuarentenas de los navegantes, Velázquez Moreno financia la construcción de un lazareto en San Simón y San Antón, debido a la proximidad de la isla a la costa y la facilidad de abastecimiento.

Tras su inauguración en 1838, las dos islas pasaron a ejercer de centros de cuarentena para enfermos. En San Simón se atendían las cuarentenas y enfermos leves, mientras que San Antón servía de refugio para atender a los enfermos graves y grandes contagiosos.
Con el estallido de la Guerra Civil Española, la isla de San Simón se convirtió en una colonia penitenciaria que estuvo en funcionamiento hasta el año 1943. Eran mayoritariamente presos políticos, o detenidos por delitos menores de la región y procedentes de otros puntos de España.

Pequeña y sencilla capilla. No olvidemos que San Simón fue leprosería y campo de concentración en época franquista. La ornamentación no era una de las prioridades en este lugar, así que las paredes están exentas de decoración y ni siquiera existe un altar propiamente dicho.