Taberna de Miguel

Impresionante el menú especial san Valentín, 45€ bebida incluida. No hay un plato que no te impresione, tartar de fuet, croqueta líquida, el risoto… todo espectacular el cordero a baja temperatura, impresionante. Los postres ya para rematar, la tarta de queso es muy muy top.

Paramos para comer y muy buenas cantidades a buen precio y con buena calidad. Nos recomendaron las croquetas de lomo de orza (fuera de carta) y todo un acierto.

Paramos camino de Sevilla, desde la primera tapa que te ponen con la cerveza la impresión es excelente. La atención de Miguel muy buena, las croquetas de las mejores que hemos comido (carabineros y jamón) el flamenquin de rabo de toro también muy bueno, todo bien presentado y superlimpio. Un lugar para tener en la agenda.

Toda la comida muy buena, y el personal muy atento! Destaco las croquetas de jamón, la paletilla de cabrito y la tarta de queso! Muchas gracias! Volveremos sin duda

Sitio indispensable para mí siempre que venimos a Bailén.
Las croquetas son espectaculares.
Buenísimo todo lo que hemos probado siempre 💚💚💚

Una auténtica maravilla y una experiencia fantástica. Si pasáis por Bailén o los alrededores, este restaurante es una parada obligada. Un lugar acogedor, decorado con gusto, pero sin estridencias. La capacidad del salón no es excesiva, lo que favorece un ambiente tranquilo y agradable. Desde el primer momento Miguel, aunque sea la primera vez que vas a su local, como fue nuestro caso, te trata como si fueras de la familia. En pocos restaurantes he encontrado un agrado en el trato tan grande. Y además se percibe que no es para nada forzado, le sale de manera espontánea.
Los platos son extraordinarios: calidad elevadísima y cantidad adecuada. El precio es adecuado a lo que te ofrecen: relación calidad/ precio perfecta.
En definitiva, un restaurante super recomendable.

El servicio muy bueno. La comida muy genial
Calidad precio también muy bien

La Taberna de Miguel al cargo de la cual está Jesús Morales en los fogones y su padre Miguel en la sala, es uno de los exponentes más emblemáticos de la joven cocina andaluza.

Jesús Morales se reveló como el mejor joven cocinero de España en Madrid Fusión del año pasado. Los platos en general resultan justos y jugosos en el punto con maravillosos y suculentos fondos y salsas. Un gran paté de perdiz matizado de sabor y textura y muy suave, una perfecta presa ibérica como fiambre sabroso, y unos buenos raviolis de entradas. Como segundo probamos el salmonete con ñoquis: dos buenos lomos de pescado en un punto sublime. Una ventresca de atún perfectamente trazada. Presa ibérica plancheada y un magnífico café de cordero con sus mollejas. Postres de altura entre los que destaca unas suaves y melosas natillas. El coulant para golosos y el helado de leche de cabra con un toque cítrico perfecto. No nos decantaría más por ninguno en especial.

Jesús Morales se formó en la Hacienda La Laguna de Baeza. Después hizo sus prácticas en Casa Marcial de Arriondas. Con los años, aunque este joven cocinero tiene pocos, no deja de aprender y de aquí a unos días saldrá para Mallorca a ponerse en fogones que le aporten tanto como él puede dar.

Las raciones son buenas y los precios están, hasta el presente, bastante embridados. Para la calidad que ofrecen nos encontramos con uno de los mejores restaurantes de la zona.

En un viaje a Sierra Nevada descubrimos el restaurante La Taberna de Miguel. Es de esas ocasiones en las que buscas por internet un sitio para comer cerca de donde estás en ese momento, lees los comentarios y te animas.
¡Vaya descubrimiento!!!
Un sitio tranquilo, con decoración austera y varias cosas para resaltar: el trato de Miguel, sus recomendaciones y su amabilidad. Y también la calidad de la comida. Para acompañar la espera nos pusieron una degustación de aceite exquisito.
Pedimos para compartir un paté de perdiz casero: delicioso, unas alcachofas fritas con vieira espectaculares, y una tortilla abierta de bacalao, piparras patata morada muy recomendable. A mi no me gusta el bacalao y la tortilla me encantó.
De postre nos recomendó natillas con helado de galleta: las más ricas que hemos probado.
Entiendes con facilidad por qué dicen que el joven cocinero es una Gran promesa.
Nos gustó TANTO que organizamos el viaje de vuelta para comer en el restaurante contiguo, el del padre: Taberna Casa Miguel. También muy recomendable, como para repetir varias veces. Aquí probamos las mejores alcachofas que hemos tomado: con foie: un espectáculo.
Lo hemos recomendado con amigos y seguro que repetimos.

Hemos repetido este año de nuevo y nos reiteramos en el privilegio que es comer en Taberna de Miguel: buen trato, buen servicio y la calidad y exquisitez de la comida.

Lugar con atención de primera con simpatía ,educación .. y la conida ?estupenda …ya que tengo mi paladar en exquisito , buenísimo todo , repetiré !😁

Muy recomendable. Alta cocina a precio razonable. Encuentras mesa sin problema, cuando debería tener lista de espera. Muy bueno.

Un trato inmejorable y una comida exquisita. Recomendable 100 %.

Vale la pena, desviarse a Bailén y probar la exquisita cocina y tapeo de la TABERNA de MIGUEL. Las tapas son DELICATESSEN.

Croquetas buenisismassss. Flamenquin de rabo de toro espectacular. Trato del camarero super cercano, amable. Muy recomendable.

Excelente restaurante incluido en la guía Michelín. Platos de una elaboración extraordinaria con una calidad inmejorable. Atendido por una familia dedicada íntegramente al negocio. Muy recomendable su visita.

Fuimos por primera vez, sin ninguna referencia. Calidad de 10, comida de 10, trato de 10, en general algo diferente al resto de sitios. La experiencia fue excelente.

Todo muy bueno,recomiendo las croquetas de carabineros y de cochinillo con manzana,la tortilla de bacalao con piparra,la alcachofa con foie,el jamón,los boquerones al limón, el postre de natilla con helado de vainilla y el vino Quinta de Ave.¡Disfrutamos tanto que solo le hice foto al jamón!Un sitio donde volver sin duda.Miguel el dueño superamable,nos atendió de maravilla.

Comimos el menú gastronómico y muy rico. Especialmente el arroz y el tartar

Todo perfecto, tanto la comida como el servicio, muy recomendable

En el restaurante encontramos dos partes bien diferenciadas :
Por una parte , la zona del bar con su terracita , donde disfrutar de una bebida y una tapa (abundante ).Nos encontramos con un servicio ágil y muy agradable.
Por otra parte la zona de restaurante , una sala decorada con buen gusto y he de destacar el aroma agradable que te envuelve desde que cruzas el umbral de la puerta y te invita a sentarte . Todo muy limpio y la música suave te permite mantener una conversación sin alzar la voz. Nosotros escogimos opciones que estaban fuera de carta, recomendadas por nuestro anfitrion. Quedamos encantados con cada plato . Muy buen sabor y presentación. Los tiempos muy acertados. El vino exquisito.
Pedimos flamenquines (crujientes y muy jugosos en su interior ) , un estofado de rabo de toro (suave pero delicioso) , unas mollejas de cordero ( con algo de exceso de aceite ,pero riquisimas ) .No escatimó el mesero en detalles : durante la espera nos ofrecio una tapa cortesía de la casa , no por ello menos deliciosa ( pincho de gamba con tomate cherri y padrones, muy bien sazonado). El postre cumplió nuestras expectativas, y además con el cafe nos trajeron un detalle dulce e invitaron a licores. Sin duda repetiríamos. Muy recomendable .