Ermita de Nuestra Señora de Bienvenida-Alcolea

Beautiful location with elegant church looking out over the mountains.

En esas columnas se mantiene aún la visión de aquel homérico joven de anchas espaldas guarnicionadas por una "calzadora" de cuero negro. Un joven de ancha y marcada mandíbula coronada por una mirada afable se ojos verdes entreverados de otros colores que variaban, conteniendo a veces un brillo de acero de una fuerza que lo decía todo sin estridencias verbales o aspavientos. Aquellas piernas forjadas en cientos de partidos de fútbol sostenían aquel inmenso y misterioso corazón que nadie supo apreciar en su medida, su infinita medida. Un ser colosal, un ser humano con sus limitaciones, pero con un sentido del deber, de la honestidad y la profesionalidad nunca valorados por quien debiera. "Un ángel de la carretera", decían unos; "con él no hacía falta GPS, ibas seguro", decían otros; "de puro bueno era tonto", decían los más sinvergüenzas. En aquello que no fue bueno se debió a todo lo anterior, su sentido del deber llevado al extremo devoró todo lo demás. Insustituible e irrepetible ser que ya no correrá por aquellos caminos, que no recogerá higos o perillas en los veranos, que ya no se escapará por enfadarse por una bicicleta, que no hará travesuras en los puentes ni hará pintadas en las fachadas, ni recogerá ratones de los montones de trigo, ni verá tours de Francia ni los intentará emular. Aquel niño de flequillo travieso no recitará lecciones de historia en la escuela. Aquel hombre sin parangón no cortará rosas que escapen de una verja para su niña, ni hundirá su nariz recta y contundente entre los pétalos para saciarse con su perfume. Aquel que de lo simple hacia un inmenso placer, no volverá. No volverá. Y nadie sabrá lo eterno y lo vivo que sigue aún, mientras alguien lo recuerde.
En aquella pradera de romería quedará su estela: comiendo turrones, bocadillos de tortilla, correteando de un lado a otro con aquella sed infatigable de juego. Una bicicleta, una pelota, unas chapas deslizándose por entre las patas de una silla a modo de portería, unos saltos desde el puente sin saber nadar, un niño sin oportunidad, sin cantera del Real Madrid, sin instituto, sin más futuro que el que se le abrió por Boletín por parte de aquellos que recogen el fruto verde y lo maduran exprimiéndo el jugo o pudriéndolo. Una maquinaria despersonalizada donde nadie se hace responsable del resultado, sólo si éste es bueno, una sucesión infinita de ordenadores del tiempo y trabajo ajeno que escudan sus económicas decisiones en el aparato, en el engranaje al que pertenecen sus cerebros minúsculos.
Aquel inmenso corazón VIVE en quienes lo amamos, lo besamos, lo admiramos y lo recordamos.

Un lugar con mucho encanto, ideal para ir a visitar solo o acompañado, tienen un aparcamiento bastante amplio, o incluso para acercarse andando, o como parte de una ruta en bici, dado que no está excesivamente lejos de Puente del Arzobispo.

Muy bonita. La primera vez que iba. Buena organización.

Preciosa ermita en medio del campo

Hermosa Ermita pertenecie a Alcolea de Tajo.

Preciosa Ermita.

Precioso lugar dedicado a la Virgen llamada de Bienvenida. Ermita de tamaño bastante grande que bien podría considerarse Iglesia o parroquia. Se celebra la romería y fiesta el lunes después de resurrección, acuden devotos de toda la región. Está dirigida por la Hermandad de Bienvenida perteneciente a El Puente del Arzobispo, aunque está situada en término de Alcolea de Tajo. Es un lugar agradable con bonitas vistas a la Sierra de Gredos. Se celebran bodas a acordar con la Hermandad de Bienvenida y el párroco de El Puente del Arzobispo. Está tan bien conservada que se presentan bodas de toda España y del extranjero.

Por fuera era bonita. Pero estaba cerrada sin ningún tipo de horario ni nada. Parecía abandonada.

Un lugar ideal para el retiro

Por todo