Royecar

Antonio, excelente persona y profesional, cercano, empático, dispuesto, amable y comprometido

El dueño es un profesional como la copia de un pino. Un mecánico de los de verdad que saben de que va su trabajo. Lo que destacó por encima de todo es un honradez, te va a cobrar lo que vale, ni un céntimo de más.

Soy propietario de un clásico de los 90, aún no he llevado el coche pero el hombre que me atendió hoy, una persona muy agradable, de fiar y se le ve con mucho conocimiento en la materia, el lunes llevaré el coche, pero la primera impresión muy, pero que muy buena, ha ganado un cliente.

Taller de confianza en Torrejon. Destaca la mabilidad y profesionalidad de Antonio

Es un mecánico muy fiable y con unos buenos precios. Llevo años llevando el coche allí.

Genial servicio como siempre...

Taller de confianza.

Buenservicio

Nefasta experiencia con este taller. El coche no arrancaba, llegaba a mover el motor, pero no llegaba a arrancar. Al tener el coche en un garaje muy cerca de este taller le comento al tal Antonio sobre lo que le pasaba al coche y me dice que al día siguiente por la mañana temprano se acerca conmigo con unas pinzas para ver qué le pasa al coche. Quiero mencionar que un par de meses antes ya le había llevado el coche por otra avería que había tenido y le volví a recordar que tenía instalado un cortacorriente electrónico y una alarma, que estaban separados. Al llegar al coche intenta arrancarlo y me dice contundentemente que no es de la batería, sin probar las pinzas ni hacer nada, ya que el coche tenía corriente y movía el motor, aunque no llegara a arrancar. Me comenta que está casi seguro de que es culpa del cortacorriente, pero que hay que llevar el coche a su taller. Llamo a la grúa para que lleve el coche a su taller y le comento al operario de la grúa que no hace falta que pierda el tiempo probando la bateria ya que el “experto” mecánico me ha dicho con toda seguridad que no es de la batería. Una vez en el taller le comento que quiero que el coche me sea devuelto con su alarma y cortacorriente restaurado en caso de que esa sea la causa, y que si no sabe hacerlo que me llevo el coche a otro taller con la grúa y que no pasa nada ni hay ningún problema con eso. El se empeña que la culpa es del cortacorriente, y que “por lo menos le deje empezar” en un tono bastante enfadado, pero le insisto por activa y por pasiva que quiero el coche con su alarma y cortacorriente. Se queda con el coche toda la semana. Al final me llama y me dice “que por fín había conseguido arrancar el coche”, y que había tenido que desistalar la alarma y el cortacorriente – que le insistí que eran dos cosas separadas, por cierto. Me había desarmado la alarma y el cortacorriente sin mi consentimiento, pero bueno, al menos el coche arrancaba, así que le mostré mi disgusto, pero le pagué y me llevé el coche al garaje. El coche arrancó perfectamente ese día y al día siguiente, así que pensé que al menos el problema estaba resuelto y que volvería a poner otra vez la alarma una vez llegara septiembre. Al sábado siguiente voy a coger el coche y otra vez con el mismo problema, el coche no llega a arrancar, aunque movía el motor, exactamente el mismo problema. Al ser sábado por la noche llamo a la Mutua y me manda un coche taller móvil, el operario le hace un test a la batería y el resultado es que está en mal estado y que hay que reemplazarla. Me cambia la batería y asunto solucionado. El problema era la batería en mal estado, que el tal Antonio me confesó por teléfono que había tenido cargando toda la noche, pero que desde luego no había cambiado y probablemente ni la había hecho el test. Una vez en septiembre llevo el coche a que me restituya la alarma y el cortacorriente – pagando, por supuesto -, y me comenta el técnico de las alarmas, una vez ha mirado el desastre ocasionado, que el cortacorriente estaba totalmente inservible y destrozado y que podía arreglar sólo la alarma – que eran dos cosas separadas -. Además, me dice que en el desastre que había armado este señor sin tener ni idea de lo que hacía me había llegado a cortar un cable original del vehículo que podría ser de algún sensor o testigo, y que ya puestos lo había vuelto a soldar. Me enseñó todo y le tiró fotos para que viera todo el desastre, y me insistió que si este señor no sabía lo que hacía no debería haber tocado el coche. Todo se hubiera resuelto simplemente cambiando la batería desde el principio.

MUY MAL. ME COBRA UNA BARBARIDAD Y A LOS DOS DIAS LO TENGO QUE LLEVAR A OTRO TALLER CON LA MISMA AVERÍA. MUY MAL