San Miguel Bar Rte.

Paramos tras una ruta en bicicleta. Lugar muy acogedor con bonitas vistas a la iglesia de Fuentes Calientes.
Destacar la extraordinaria amabilidad y rapidez de la camarera ucraniana que nos atendió, además de su facilitad con las matemáticas.
Y una última cosa, si os acercáis por allí, no olvidéis dar de comer a todos los gatitos que se os acerquen. Los gerentes del bar tienen una asociación protectora de animales y estarán encantados con vuestra colaboración.

Este sitio ha sido una grata experiencia. Relación calidad precio fantástica y el personal encantador. Una sorpresa maravillosa en medio de la ruta.

Buena comida a buen precio.
Que no falten estos lugares en los pueblos.

Almorzamos tras una ruta el btt, nos atendió una mujer con un genio bastante peculiar, intuimos que era del este, "no sabemos si era a consecuencia del conflicto entre Ucrania y Rusia", el caso es que se lo tomó con calma tras habernos puesto de acuerdo con lo que nos apetecía "que costó lo suyo". Una vez todo en la mesa, el almuerzo no estuvo mal, pero cometimos un gran error al no dar algo de comer a la fauna gatuna que nos estuvo visitando durante el almuerzo y tener que espantarlos constantemente al ser estos muy insistentes, la susodicha mujer que nos atendió se percató de ello y nos llamó la atención diciéndonos que todo lo que no nos habíamos comido deberíamos haberse lo dado a la comunidad gatuna que nos estuvo visitando, ya que comulgaban con protectoras de animales. En fin...., padecimos una situación curiosa, pero al final nos llenamos la tripa y pudimos seguir con nuestra ruta BTT de nuevo cargados de energía.