Ronda del Obispo Barbazán

Buen sitio para pasear, bordeando todo el casco antiguo de Pamplona

Precioso paseo por las murallas de la antigua ciudad de Pamplona/Iruña, transitando la parte trasera de la catedral de Santa María, cuya visita es obligada. Bonitas vistas desde las barandillas, sombra en verano y tranquilidad. Un rincón muy bonito que recomiendo visitar, si buscas pasear por un sitio tranquilo y con historia, y disfrutar de las vistas.

Очень спокойное и уеденённое место. Парк отличное место для не большого отдыха.

Las prrsonas que llegan a Pamplona deberían conocer un espacio incomparable como este

Es un paseo muy agradable y nunca demasiado concurrido.

Precioso paseo por las viejas.murallas

Lindo lugar para visitar.

Uno de los rincones más desconocidos y que pasan más desapercibidos de Pamplona, bonito y con un aire un tanto decadente tiene un encanto especial, en un lateral del casco viejo y recorriendo la parte trasera de la Catedral tiene muy buenas vistas desde sus murallas, impresionantes y bien conservadas, a pesar de algunas barandillas de "acero corten" es decir hierro oxidado modernista, tanto mejor hubiera sido poner unas iguales a las magnificas rejas que protegen la Catedral y esdificios contiguos, un ascensor nos permite bajar al paseo del Arga y si no el casco viejo está repleto de bares y restaurantes donde reponer fuerzas o bien disfrutar de una buena terraza desde el rincón del Caballo Blanco a la famosa Plaza del Castillo.

En verano zona fresca. Parte de atrás de la catedral muy tranquila y buenas vistas

Agradable paseo sobre el tramo oriental de las murallas renacentistas de Pamplona, desde el Baluarte de Labrit al Baluarte del Redín, pasando junto al Palacio Arzobispal, el exterior del claustro, la inconfundible silueta de la Capilla Barbazana y otros edificios anexos vinculados al Cabildo catedralicio.

Todo el paseo es accesible a pie, en bicicleta o silla de ruedas, y permite disfrutar de bellas vistas sobre el meandro del río Arga, la Chantrea, Ansoáin, Burlada... así como los primeros montes hacia al norte y noreste de la ciudad.

El paseo está arbolado y bien iluminado, y desemboca en el pintoresco Rincón del Caballo Blanco, desde el que podremos disfrutar de unas vistas geniales en el mirador.