Málaga Print

Cuando habris? Me e llegado hoy y estabais cerrado

Muy lindas imprecisiones

Para no volver, deje una camiseta para que me la serigrafíaran para una excursión con una semana de antelación, y al ver que no me llamaban fui, y me dijeron que se les habia pasado. Inaceptable

El primer contacto que tuve fue presentarme en la tienda dentro del horario comercial y encontrarme que la tienda estaba cerrada. No había ningún cartel informativo en los exteriores ni ningún aviso en los perfiles de la tienda en internet. Hablé con ellos por whatsapp (tienen un cartel en la puerta con el horario y el teléfono) y el propietario muy extrañado, como si me lo estuviera inventando, me dice que él no recuerda que no hubieran abierto ese día. Luego me escribió al rato para decirme que había sido la graduación de su hijo mayor y que habían cerrado por eso. No avisar de que no vas a abrir en tu horario habitual no es muy profesional, pero tampoco supone ningún problema.

Al tiempo, vuelvo para pedir un bordado de un logo en dos gorras (yo llevé una), me dijeron que era muy costoso para ellos hacerlo en esa técnica, que me lo tenían que hacer mediante transfer o troquelado. A pesar de que no era lo que yo buscaba acepté porque tampoco quise ser tiquismiquis: si me habían recomendado ese sitio y ellos me aseguraban que se podía hacer con esa técnica estaba dispuesto a aceptarlo ya que no soy un especialista. Voy a pasarle el pen drive con el logo en formato png (me habían comentado que para una impresión/bordado de un logo de 5 cm y estando en buena calidad, ese formato era más que suficiente) y tras verlo y demás, me pregunta que “si lo puedo dejar aquí” refiriéndose al pen drive. Hasta el propietario tuvo que decirle “Pero ¿y si ahora él necesita el pen drive para lo que sea?”. Ella prefería que dejase el pen drive porque a veces se han perdido los archivos que deja en su ordenador, y por eso quería que dejara mi pen drive. Poco profesional por su parte.

Seguimos comentando el pedido tras ver los logos, y acordamos que la medida ideal son 5 cm y que en cuestión de unos dos o tres días estaría listo. Me piden mi teléfono y me dicen que me llaman cuando esté listo. Fui un martes, y en toda la semana nadie me avisó. Llamo el lunes siguiente a uno de los teléfonos sin recibir respuesta, llamo al otro número (casi una semana después) y me dicen que está listo, que me pase. Les digo “Ah vale, no sabía que estaba listo, como dijimos que en un par de días o así me avisabais.” Esta vez cogió ella el teléfono, y me contestó “Sí, mi marido te puso un mensaje.” Nadie me llamó ni me escribió ningún mensaje para avisarme de nada, pero decidí no decirlo para no crear conflicto y porque tampoco suponía un problema. Al llegar las veo dentro de una bolsa bastante pequeña colgadas del saliente de un mueble o algo así. Ya a través de la bolsa se veía el logo mucho más grande de lo que habíamos acordado, y lo comenté. Ella me dice “Te voy a explicar por qué te lo he hecho más grande” en un tono amable, a lo que contesto “Ya, pero si no es lo que hemos hablado me tenéis que llamar, que para eso tenéis mi número, es que esto no es profesional…” refiriéndome al hecho de que si yo como cliente realizo un pedido de unas características determinadas, y desde la empresa cuando ya están en mitad del proceso se dan cuenta de que es necesario modificar lo solicitado, lo mínimo es que llames al cliente para informarle de la situación, e incluso le pidas que se pase por la tienda para tratar el tema en persona y que juntos lleguéis a una solución. Pero si decides hacer tú el producto sin consultar, a sabiendas de que no es lo que te han pedido, no puedes esperar que el cliente esté satisfecho.

Después de eso ya se le notaba molesto y me enseñó las otras dos gorras con mala cara. Los logos de las otras gorras estaban peor aún, incluso con modificaciones sobre las letras del logo original. Comenté que parecían recortadas y pegadas (lo parecían). A partir de ahí el propietario preguntó a su mujer cuánto había sido, cogió el dinero de su cartera, me lo dio de mala gana y me dijo que me fuera de allí. Se fue refunfuñando a otra habitación y yo me quedé intentando hablar con su mujer para no acabar mal, pero me espetó desde la otra habitación que "con lo que había dicho ya no podía acabar bien".

He ido en dos ocasiones diferentes a este local, y nunca hay nadie , solo un perro solo dentro del local que ladra cuando te ve, una pérdida de tiempo.