La Cueva. Bodega restaurante en Mucientes.

Un restaurante ubicado dentro de una antigua bodega, el acceso es algo complicado, evidentemente nada accesible debido al gran desnivel que hay que salvar. Una vez llegas abajo el sitio es acogedor y el servicio es muy atento. En cuanto a la comida, muy bien, un menú con parrillada para dos personas rico, rico.

Un sitio imprescindible en Valladolid. Un lugar muy especial con un trato de primera y una cocina a la altura. El lechazo de 10, para chuparse los dedos.

Relación calidad-precio muy buena.
Conviene reservar.

Siempre que salgo a cenar o comer voy a la bodega la cueva porque sé que lo que como es de calidad.
El sitio es digno de ver el cual tiene visitas guiadas y la comida es excelente.
El dueño julio es muy simpático y atento.
Solemos pedir el menú número 3 que lleva jamón, pulpo sobre puré de patata ,chuletón, postre y bebida aunque también hemos probado el lechazo y está todo muy bueno.
Si quieres cenar bien y que no te tomen el pelo recomiendo que vayas.

Cantidad y calidad. Todas las raciones espectaculares, el chuletón de ternera de Valladolid muy bueno (38€/kilo), regado con un buen rosado de la casa ya que estamos en la cuna del Cigales y para finalizar unos cafes de puchero y unos chupitines regalo de la casa.Todo para 4 personas por poco más de 100 euros, para volver!

Maravilloso!!! Estuvimos hoy 5 de mayo de 2024 mi marido y yo. La atención excelente, el menú de Lechazo, fabuloso!!! Volveremos, otro día que no sea tan señalado como este para que nos podáis enseñar la bodega. Mil gracias!!!

La bodega es preciosa, la comida no podía tener más calidad y mejor sabor, un trato buenísimo.
Muy económico para la comida que ofrecen.
Es difícil encontrar una bodega adaptada a personas con discapacidad, algo fundamental a valorar aunque en nuestro caso no fuera necesario.
Repetiremos sin duda.

El lechazo muy bueno, pero también la morcilla, los torreznos, el pulpo y los postres. Respecto a éstos, reseñar que fuimos con unos italianos, que uno se pidió el tiramisú y nos dijo que era muy bueno, igual que el que hubiera tomado en Roma. Y el sorbete de limón muy bueno, también

Grata experiencia, raciones exquisitas en un entorno maravilloso. Muy bien de precio a mi modo de ver. Los pimientos rellenos estaban de muerte y el chuletón de fábula. Volveremos

Como siempre, increíble. Típica bodega de Valladolid (hay que bajar muchas escaleras para llegar a los salones del restaurante) para comer un lechazo exquisito. Algo menos de 100 euros para 3 personas. Recomendable llamar para reservar si quieres comer el lechazo ya que se tarda en cocinar

El personal muy atento y servicial. El producto espectacular y el servicio rápido. Nos atendieron para comer fuera de horario y todo fueron facilidades.

Todo muy bueno, trato de 10

Un restaurante típico de la zona con comida casera, rica y de calidad. El servicio del camarero muy profesional y muy bueno. Recomendable 100%

Relación calidad precio muy buena. Estupenda atención y calidad de los productos. Sitio acogedor. Buen vino de la zona. Las carnes su especialidad. La cueva es muy curiosa por dentro.

La verdad que me habían dicho pero es mucho mejor es espectacular como sitio .
Y la comida excelente la carne de 10 el jamón igual,todo bueno .
Y lo mejor el personal " Geraldo y Julio y su hermano no se el nombre pero son unos encantó de personas.
Hemos quedado en volver seguro un saludo de los de Málaga con

Fuimos a comer 4 personas y la verdad que comimos muy bien.Buen servicio y buena cocina con el encantado de una bodega

La mejor experiencia gastronómica que he podido presenciar, atendida por su propio dueño Don Julio. Sin duda volvería las veces que fuese necesario.

Sí pudiera poner más estrellas, lo haría. El sitio es espectacular. Una cueva subterránea alberga este restaurante que cuenta con género de calidad y una estupenda cocina. El jamón ibérico, la tabla de embutidos, el pulpo, las chuletillas y el chuletón en su piedra servido para guardar su calor.... todo de gran calidad. Destaco la profesionalidad y amabilidad de Gerardo y su compañero. Gracias por vuestro trato, vamos a repetir sin duda alguna. Un saludo desde Burgos.

Todo buenísimo. Muy amables y la comida espectacular.

Tiene mucho encanto. Es una bodega bastante profunda...hace hasta un poco de frío en plena ola de calor, lo que se agradece bastante.
La atención es inmejorable y la comida exquisita.
Pedimos los primeros para compartir, el revuelto de trigueros con unos langostinos bien gordos, la morcilla con dátiles y una salsa que no se podía dejar allí jjj, estaba de locura, y unos torreznillos pequeños que nos costó acabar por la ración tan grande.
Después chuletillas muy ricas y solomillo que nunca lo comimos tan tierno, sobre un plato de plancha ardiendo para que no se enfríe. Los postres ... mousse de chocolate de locura. Repetiremos seguro.

El entorno es muy bonito, vale la pena ir. La comida está bien y el trato es muy profesional y agradable.