Santuari de la Mare de Déu de Vallivana

Bonito santuario frescos muy interesantes

Buena comida y buen trató, recomiendo entrecot a la brasa .

Precioso paraje marcado por la historia de Morella, y viva a día de hoy con su 'Sexseni'. La iglesia y sus demás edificaciones y paseos son hermosos, y por momentos te traslada a la época. Sin duda un lugar que visitar.

Un lugar muy bonito para visitar. Solo tardas 10 minutos en verlo

Muy bonito el conjunto. Sólo lo he visto por fuera, ya que estaba cerrado

Lugar bonito y tranquilo

Para recojerte y tener un momento de sosiego espiritual.

Estás el santuario abierto los sabado

Íbamos a Morella con la familia y paramos a visitar este Santuario ( a pocos km de Morella).
Nos sorprendió gratamente su interior de una sóla nave central y altares laterales. Destacar la portalada barroca de su fachada y su campanario de planta cuadrada. Merece una visita.

Hemos visitado este lugar de paso hacia Morella y la iglesia estaba abierta con visita gratuita y había restaurante abierto.

Estuve hoy de paso con unos amigos y nos gustó el lugar aunque algo abandonado.

Como otros muchos santuarios, el de la Mare de Déu de Vallivana está vinculado a una fuente. Muy probablemente se venera a la Virgen en el lugar desde el siglo XIV, pues en 1410 san Vicente Ferrer hizo etapa en la Vallivana. Cuatro años después pernoctó en el santuario Benedicto XIII –el Papa Luna– camino de Morella para entrevistarse con don Fernando de Antequera. En los años veinte del XV el concejo de Morella comenzó a manifestar su devoción a la ermita, iniciando un nuevo edificio en 1428 que fue terminado en 1436. Probablemente de esta época data la imagen de la Mare de Déu, quizás sustituyendo a otra anterior.
A partir de 1672 se reconoce a la Virgen de Vallivana como salvadora de la peste, lo que dio lugar a la celebración de las fiestas sexenales en su honor por parte del concejo de Morella. Éste fomentará la construcción de un nuevo templo a principios del siglo XVIII, que es prácticamente el actual.
También alrededor de 1700 nace la leyenda que vincula la imagen de la Virgen con el apóstol Santiago durante su –históricamente falsa– predicación en España, imagen oculta tras la ocupación musulmana de la Península y que habría reaparecido milagrosamente tras la conquista cristiana de Morella a principios del siglo XIII.