Restaurante Algún Lugar

El lugar es muy agradable y el servicio rápido y amable. Tienen siempre cosas fuera de carta. La croquetas de cecina son especialmente sabrosas. El sándwich (fuera de carta) tiene una combinación perfecta de sabores. De postre la torrijas de mandarina espectacular (sólo cambiaría el helado de chocolate por helado de leche merengada), y la leche frita merece mucho la pena. Lo último, y no menos importante, permite la entrada de mascotas.

Un lugar para disfrutar de la gastronomía, con platos bien cuidados y algunos sabores que te van a sorprender, el precio puede parecer un poco alto pero la calidad es excelente, muy recomendable y lugar al que seguramente volveremos para probar otros platos de su carta.

Hemos estado el fin de semana comiendo y no puedo decir nada más que riquisisisimo!! Un gustazo de sabores los raviolis de rabo de toro muy muy ricos, el lugar muy cuki y el camarero que nos atendió de 10 a pesar de estar a tope nos atendió muy muy bien. La única pega la tarta de queso pero por lo demás increíble.

Platos trabajados, con croquetas que van variando cada semana. Son cremosas y con mucho sabor. También tienen menú infantil.

Un lugar que te va a sorprender seguro. No esperas que en un pueblo pequeño puedas encontrar una comida tan buena. Hay que reservar con tiempo. Tiene mesas arriba, en planta y fuera, aunque fuera es más para tomar un vino. Baños limpios. Servicio de maravilla, sin engaños y con sencillez. Todo lo que comimos nos encantó. Cambian de carta cada tres meses. Tendremos que volver a comer seguro porque nos hemos quedado con ganas de probar otras cosas.
Además de comer en el pueblo puedes ver el castillo con su magnífica exposición de Juan Villa.

Restaurante familiar, trato muy agradable. Se nota la calidad en los alimentos .
Recomendaciones, costillas y bacalao, vi que pedian mucho los raviolis.
Por poner un pero, las patatas fritas se devolvieron de todos los platos.
Se lo comente al dueño que nos trato muy atentamente.
El sabor y textura de las patatas fritas no era agradable.

Gran descubrimiento este restaurante en la plaza mayor de Trigueros del Valle.
Hemos ido sin reserva, y tuvimos la suerte de poder comer allí (se recomienda reservar, no suele haber sitio sino).
La chica que nos ha atendido súper profesional y atenta.
Comimos en la parte de arriba, todo muy bonito, bien decorado y limpio.
La comida espectacular.
Destacar las croquetas de pisto y kimchi, impresionantes.
Las de pollo asado con toque de lima también estaban riquísimas.
Tienen una carta pequeña pero muy elaborada.
Fuera de carta Hemos probado las quesadillas vegetarianas, buenísimas.
Hemos ido con un niño de 22 meses, y disponen de trona.
Los postres un espectáculo.
Encantados la verdad, buen ambiente, buena comida y un trato estupendo.
Volveremos seguro,y lo recomendaremos sin duda.

Maravilloso descubrimiento. Un restaurante en Trigueros del Valle digno para ir expresamente solo a probar sus exquisiteces.

Las croquetas cremosas son obligatorias, igual que los raviolis de rabo de toro con crema de calabaza. Servidos de una manera curiosa, diferente pero todo un manjar. Y la presa muy tierna y deliciosa. Obligatorio probar la tarta de queso, un placer absoluto. Esponjosa y tierna.

En cuanto a la relación calidad precio es insuperable. Comes hasta saciarse con una calidad del producto elevadísima tanto por presentación como por sabor y a un precio idóneo, yo diría que hasta barato para como quedas de satisfecho.

La atención del servicio está genial, personal muy muy amable y aconsejando en todo momento.

En definitiva, es un sitio para ir expresamente a comer (y ya de paso aprovechar a ver el castillo y la ermita). De matrícula de honor.

No teníamos reserva pero nos dieron de comer, a las 13,00 h de un domingo. Todo lo que comimos muy bueno y bien presentado, hasta el menú infantil de los niños

Un lugar que visitar, además con interesantes actividades de ocio cerca. El lugar, en la plaza mayor. La comida exquisita, las croquetas las recomiendan, de hecho, el rebozado me encanta. Pero lo que no te puedes perder por nada del mundo son los raviolis de rabo de toro, para quitar el sentido!! Que tiemble Italia!! Y la torrija de mango...para morirse de gusto

Bonito restaurante en la plaza del pueblo.
Fuimos a tomar algo calentito.
Tiene terracita desde donde puedes ver a los niños jugando en el parque.
El interior muy y el menaje muy cuidado. Te sirven la bebida caliente con una palmerita de chocolate muy rica.
Comedor pequeño, pero todo muy cuco y acogedor.
El servicio muy amable y de precio muy acorde con el sitio.
Si pasas por alli la parada se hace obligatoria. No te defraudara.

Lugar agradable, carta muy pulida. Los raviolis de rabo estuvieron espectaculares y el flanazo, madre mía, para los amantes de flan como yo, planazo! Repetiré la experiencia sin duda.

Lo conocímos a través de tripad y el acierto ha sido máximo. Todo buenísimo, cuidado y la atención exquisita. A destacar la croquetas, los chipirones, la pluma ibérica, los raviolis (impresionantes) y de postre la torrija. Repetiremos sin duda.

¡Qué sorpresa tan maravillosa este restaurante! Todo de diez, cada uno de los platos que degustamos, desde las croquetas y las patatas bravas a los calamares, la pluma..., los postres, una delicia, y la atención, inmejorable. Volveremos, y lo recomiendo, mucho.

Local agradable, un poco pequeño, para una cocina tan grande: estamos encantados de que hayáis abierto en la comarca un restaurante de este nivel, no solo la presentación esta muy cuidada, que esto se lleva mucho hoy en día, sino que los sabores sorprenden y la calidad de los ingredientes se palpa.
Hemos probado el lomo de vaca (10), el wok de salmón y verduras (9,5), las croquetas (11!!!), y las torrijas (10).
No estamos seguros de que estéis en el local y entorno apropiados, os deseamos mucha suerte, creemos que no tardaréis mucho en dar el salto a algo más grande, y esperamos que os compense mantener este abierto, que nos gusta teneros en la DO Cigales.

Enhorabuena.

Lanzarse a montar un proyecto así en un pueblo pequeño es para quitarse el sombrero. Hacerlo manteniendo tu personalidad, arriesgando en lugar de ajustarse a lo dominante ya es para nota. Y como esto de las reseñas va de nota, pues cinco estrellas.

Contaré lo que probamos, aunque más importante es saber que nos quedamos con las ganas de probar el resto.

Para empezar unas croquetas (van por unidad). Ese día ofrecían una italiana (mozzarella, tomate seco y orégano) que al acercarla a la boca evocaba pizza 100%. Y en carta estaban las de cecina: ¡MADRE MÍA! Simplemente diré que, por pura gula, antes del postre me pedí otras dos.

Seguimos con unos chipirones con migas y mahonesa de lima. Tiernos y muy acertada la mezcla de texturas.

Para acabar unas tostadas (tortillas de maíz fritas) con cochinita pibil. Carne sabrosa y tostadas tremendamente crujientes.

De postre la torrija con mango, que le hace un contrapunto muy bueno al dulzor.

Resumiendo: una copa de tinto, una cerveza, 6 croquetas, los chipis, la cochinita y la torrija, 45'90€ para dos personas. Relación calidad-precio estupenda.

Comida muy rica y trato muy bueno. Al reservar avisamos de que una de las personas es vegetariana y siempre nos dan distintas opciones para elegir. Además, nos ofrecen transformar algunos platos de la carta en vegetarianos.

Nunca defrauda el lugar y por supuesto la atención de los camareros y los dueños. Sin duda, volveremos a repetir.

Todo de lujo! Soy celiaca y me indicaron los platos que podía comer y los que podían adaptar. Calidad-precio excelente. Sin duda volveremos 🙂

Estupenda experiencia gastronómica.
Calidad/precio/cantidad muy equilibrados.
Comimos en la terraza, pero el local es muy acogedor.
El servicio magnífico.
Muy recomendable y para repetir.

El trato y el servicio exquisitos, de 10, así como la comida , con una carta apetecible que en el plato se supera.
Estamos muy agradecidos por todo, hemos disfrutado con los cinco sentidos, seguro que volvemos en el próximo viaje.